Ya hemos visto la importancia que tiene la seguridad social para Panamá y cómo ha evolucionado a lo largo del tiempo. Ahora, ¡al grano!

Y como en Panamá usamos la mitología hasta para dar direcciones —“…por donde quedaba la antigua lechería…”— vamos a demostrar cómo una premisa aparentemente sencilla puede desgranarse en un problema altamente complejo.

La Épica de la Morosidad

“El problema del seguro se arregla si cobran la deuda millonaria de los empleadores. El que no paga la cuota debe ir preso.”

Bueno, veamos este ejemplo e iniciemos describiéndo el panorama con hechos:

  • Hay una morosidad de 320 millones de dólares en cuotas empleado-empleador.
  • Esta deuda corresponde a un acumulado de deudores por 20 años.
  • El listado de deudores incluye en su mayoría a pequeños empresarios e independientes.
  • En ese listado hay empresas que quebraron y ya no operan en Panamá.
  • Los ingresos anuales del Subsistema Exclusivamente de Beneficio Definido son de aproximadamente 1.5 billones de dólares.
  • Los egresos anuales son de aproximadamente 2.3 billones de dólares.

Supongamos entonces que logramos cobrar el 100% de esta morosidad. ¿Qué pasaría?

Basado en el Informe Actuarial del Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte de la Caja de Seguro Social del 2018, este sería el impacto en el Subsistema Exclusivamente de Beneficio Definido:

Comparación Ingresos y Egresos de 2024 

Rubro Monto (en Millones de Dólares)
Ingresos (Cuota)  1,500
Ingresos (Cobro de Morosidad) 320
Egresos (Pago a Jubilados) -2,313
Total -493

Aunque logremos recaudar los 320 millones de dólares, este ingreso adicional solo cubriría el déficit del fondo parcialmente. Es decir, postergaríamos la crisis y, para el 2025, igualmente el fondo no podrá cubrir los egresos.

Y eso nos lleva a más preguntas:

  • ¿Cuánto de esta morosidad es real y cuánto es incobrable?
  • ¿Cómo sabemos si estamos cobrando correctamente?
  • ¿Cuánto es realmente evasión, y cómo se calcula?
  • ¿Qué pasa con las empresas y personas que ya no operan en Panamá o han fallecido?
  • Si cobramos, ¿cómo ajustamos los rendimientos de estas cuotas? ¿Se registran en el año de pago o en el año de declaración?

Cada una de estas preguntas abre nuevas ramas de complejidad que requieren soluciones técnicas, legales y administrativas.

La Penuria de la Separación de Fondos

Otra solución que escucho frecuentemente es:

“Quizás eso no arregla el sistema, pero si no hubieran separado los fondos de pensiones en dos subsistemas, no estaríamos en este embrollo.”

Esta propuesta, por cierto, ya se había considerado en la Ley 17, que no tuvo buena acogida en su momento. Sin embargo, volvamos al Informe Actuarial del 2018 y veamos qué ocurriría si unificamos los fondos.

Comparación Ingresos y Egresos del Fondo Unificado en 2024:

Rubro Monto (en Millones de Dólares)
Ingresos (Cuotas) 2,546.7
Egresos (Pago a Jubilados) -2,331.6
Total 215.1

Aquí, muchos dirán: “¡Vieron, tengo razón! Esto ya arregla el problema. No tienen que aumentar la edad de jubilación ni nada. ¡Listo!”

Pues sí y no. Unificar los fondos permitiría cubrir el déficit del 2024 y ganar algo de tiempo, pero no resolvería el problema estructural. Para el 2028, los egresos superarían nuevamente a los ingresos, dejando al sistema en números rojos y dependiendo de las reservas existentes para subsistir.

Y esto nos lleva a más preguntas:

  • ¿Cómo podemos aumentar los fondos?
  • ¿Es necesario que aportemos más?
  • ¿Los datos que usamos para calcular son correctos?
  • ¿Existen formas de controlar el gasto y aumentar los rendimientos?

Unificar los fondos no elimina la complejidad del problema. Solo postergaría la crisis unos cuatro o cinco años más.

¿Por Qué Este Debate es Importante?

Ven que no es un problema sencillo. Diseñar un sistema matemático para fondos de pensiones públicas no es fácil, y mucho menos una ley que lo respalde.

Por eso considero positivo que el presidente haya presentado en su primer año de gobierno una propuesta de reforma. Es sano y necesario abrir la discusión. También aplaudo la decisión de la Asamblea Nacional de abrir una consulta pública para el Proyecto de Ley 163. Es un paso hacia el consenso y la búsqueda de una solución viable.

Sin embargo, abrir el debate sin parámetros claros puede generar caos. Y, como mencionó el presidente Mulino días atrás, “se han presentado cualquier clase de locuras.”

La Ley no debe aprobarse por impulso ni sin un entendimiento claro. Los panameños tenemos derecho a entender el sistema de pensiones propuesto, con todos sus detalles y complejidades. Solo así podremos decidir si es, de hecho, la solución que el país necesita.

Te invito a leer esta serie de artículos, donde exploramos no solo los mitos y complejidades detrás de la seguridad social, sino también las propuestas y retos que enfrentamos como país. Cada entrega busca darte herramientas para que participes en este debate con conocimiento y criterio.

En el próximo artículo, explicaré lo que entiendo, tras leer detenidamente el Proyecto de Ley 163, consultar con expertos y escuchar las diversas opiniones, sobre el sistema de pensiones propuesto por el Ejecutivo.

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